Precandidato utiliza su cargo en Sebalib para promocionar su campaña política

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7 de noviembre de 2020






Eduardo Azabache estaría realizando proselitismo para llegar a una curul del Congreso, a través de Alianza Para el Progreso.

Durante unas horas es presidente del directorio de Sedalib, y en otras horas es precandidato al Congreso por Alianza Para el Progreso, con miras a las Elecciones 2021. De esta manera, Eduardo Azabache utiliza su cargo para promocionar su campaña política.

Sedalib S.A. es una empresa de servicio de agua potable en La Libertad, y para mayor entendimiento, el mismo Azabache lo promociona en una publicación que data el 3 de noviembre.

LEE: El búnker de Azabache

«Junto a mis amigos regidores de Moche, venimos trabajando para hacer realidad el agua y saneamiento de la Zona Industrial», se lee en su publicación, en el que adjunta varias fotos.

Días después, también saludó al trabajador municipal en su día, a través de una foto, en el que el precandidato aparece rodeado del personal de Segat (Servicio De Gestión Ambiental de Trujillo).

Y días después, vuelve a mencionar al agua -otra vez- como parte de su promoción de campaña.

«Hoy, desde Alto Trujillo, Barrio 7B y Praderas de León, escuché las necesidades urgentes de la población y me comprometí a luchar por los derechos más esenciales como el agua y la titulación. Juntos vamos a hacerlo realidad», se lee en la descripción.

Eduardo Azabache, sin embargo, continúa en el cargo de presidente del directorio de Sedalib, como representante de la sociedad civil, y promueve sus actividades.

«Iniciamos la ejecución del proyecto de cambio integral de redes de alcantarillado de Aranjuez, que beneficiará a más de 1500 familiares y es ejecutado por administración directa por Sedalib, con un presupuesto de 2.5 millones de soles. Estamos trabajando por la calidad de vida de la población», apunta Azabache.

De acuerdo a estas actividades de Azabache, quien tiene intenciones de llegar al Congreso, estaría cometiendo un aprovechamiento de su cargo para ‘marketearse’ y sumar votos, que es su real objetivo político, con miras a las próximas elecciones. La norma estipula que «está prohibido realizar actividades de proselitismo político a través de la utilización de tus funciones o por medio de la utilización de infraestructura, bienes o recursos públicos, ya sea a favor o en contra de partidos u organizaciones políticas o candidatos».

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