Renato Sandoval González
Conozca los detalles de la disputa entre los alcaldes de APP y el gobernador Manuel Llempén.
El botón que abrió el telón de la informalidad y la división partidaria lo apretó un grupo de alcaldes distritales de Alianza para el Progreso (APP). En un día de miércoles, viendo sus carencias e intereses, revelaron que no contaban con un padrón de beneficiarios de las canastas de víveres. ¿Por qué después de un mes cuentan su desgracia? ¿Cómo han estado repartiendo los víveres?
Ahora bien, estas ilustres autoridades de La Esperanza, Florencia de Mora, Víctor Larco y Moche pidieron al gobernador regional de La Libertad, Manuel Llempén Coronel, que intervenga ante el Ejecutivo para que les brinde más recursos. Esto pese a que la primera recibió medio millón de soles y el resto, 200 mil soles cada una.
De refilón, le propusieron a Llempén que haga el paso lunar de Michael Jackson para que deje de liderar la lucha contra el nuevo coronavirus. ¿Más money? ¿Incapaz?
Los alcaldes distritales Martín Namay (La Esperanza), Hermes Cabeza (Florencia de Mora), César Juárez (Víctor Larco) y Arturo Fernández (Moche) propusieron por último que sea el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social el que se encargue de la repartición de recursos.
Esta tardía reacción a la ineficiencia desnuda cómo se ha venido manejando la crisis en La Libertad y qué otros intereses políticos hay en la disputa.
Como diría Jack, vamos por partes.
INEFICIENTES
La Contraloría detectó que el 29% de 31 municipalidades visitadas tuvo deficiencia en el “en el peso de los productos adquiridos, la falta de registro sanitario, falta de inocuidad, ausencia de fecha de vencimiento”. Esto juega en contra de los más necesitados.
En el buen cristiano, de cada 10 comunas 3 presentaban anomalías en las canastas y su repartición.
Como si no bastara esta irregularidad, 13 municipalidades (de 31) tenían problemas con la distribución de los víveres. “Falta de padrones de beneficiarios, padrones desactualizados, ausencia de actas de entrega, personal edil sin equipos de protección”, se lee en el informe de control.
De yapa, 6 comunas almacenaban sus productos en pésimas condiciones, “debido principalmente al uso de locales inadecuados, sin documentación respectiva o sin personal debidamente protegido”.
Ahora, la pregunta es ¿no será ese motivo por el cual ahora los alcaldes pitean contra el gobernador regional? Al parecer, están poniendo el parche donde ya hubo fuga de recursos. No se entiende otro motivo pues si no tenían una lista de personas vulnerables cómo es que les entregaban recursos. ¿Y la disciplina partidaria?
SOLITO SE JARANEA
Tal vez el gran error de Llempén es no despeinarse mucho para trabajar. No convoca, no reúne, no arma consensos. Esto se evidencia luego de conocer que, pese a la crisis sanitaria, nunca se había reunido con los alcaldes distritales para conocer sus carencias. No, eso no es de un líder, sino de un empresario acostumbrado a emitir disposiciones verticales, sin que nadie pueda chistar.
Desde que asumió su gestión, a Manuel Llempén se le ha visto distanciado de su propio partido Alianza para el Progreso (APP). Tiene una agenda propia y todo hace indicar que no se deja pisar el poncho por nadie, ni por el propio César Acuña, quien lo propuso para este cargo, al igual que para el resto de sus frustradas postulaciones. Son amigos y socios, más que empleador y empleado.
La pugna existió desde el inicio. Las gerencias regionales fueron repartidas como si la herencia política fuese una chacra. Los nuevos funcionarios eran de entera confianza de Llempén y otros, en cambio, seguían leales a Acuña. Allí comenzó una pugna partidaria, subdividida en comandos de segunda línea, como la presencia de la (ex) asesora regional Tania Baca, ahora gerente de la municipalidad de Trujillo.
Según fuentes de Investiga, algunas áreas claves venían siendo ocupadas por el personal de confianza de la anterior gestión, la que comenzó Acuña y continuó el ahora congresista Luis Valdez. Este último, como se conoce, no hizo ningún cambio y continuó el lineamiento de su líder.
Cuando ingresó Llempén las cosas tuvieron otro matiz, al menos en parte. Pero, su principal Waterloo ha sido la lucha por la permanencia de Odebrecht en la tercera etapa de Chavimochic.
Esto no habría sido del agrado de Acuña, quien tiene otros intereses, como su postulación a la Presidencia de la República. Alejarse de los corruptos brasileños era la consigna. No para el handsome del gobernador regional, quien respaldado por la Cámara de Comercio y el club de las agroexportadoras liberteñas, ha continuado -hasta antes de la emergencia- con la cantaleta de mantener a Odebrecht en la región.
EN SU SALSA
Lo mismo está ocurriendo con el alcalde de Trujillo, Daniel Marcelo, quien trabaja por su cuenta en este valle de lágrimas. Salvo una conferencia de prensa para conocer las nuevas medidas adoptadas en el mercado La Hermelinda, no se le había visto más coordinando alguna acción con el gobernador regional, al igual que con los burgomaestres distritales.
Pero, de esto hablaremos en otro capítulo, uno estelar, sobre el conflicto entre ambas autoridades, que en vez de unirse han abierto más la herida del distanciamiento político.
POR FIN NOS VEMOS
Finalmente, en una maratónica reunión de la mañana que duró pasada las 2 de la tarde, hoy jueves los alcaldes distritales, a excepción de la autoridad de Moche, Arturo Fernández, consiguieron verle la cara a Llempén. Sorprendió, eso sí, la presencia del provincial Daniel Marcelo.
En un dos por tres corrigieron la falta de coordinación, la misma que fue solucionada con una medida extraordinaria: la inclusión en un grupo de WhatsApp. ¿Y el dinero?
Sin duda, los alcaldes seguirán pujando por mantenerse a salvo de las críticas de sus ciudadanos, dando por descontado el respaldo político de APP. Por ahora, lo más fácil es echarle la pelota a Llempén, quien por lo visto no le gusta jugar en equipo y menos con jugadores de segunda división.