Los muertos no contados de La Libertad

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Paul Acevedo Gutiérrez

Desde mediados de marzo hasta el 22 de abril, en Trujillo se cremaron 67 cadáveres, pero solo se han reportado 23 como Covid-19, eso es menos de la mitad. El año pasado en esa misma fecha hubo apenas 14 cremaciones

Si el propio ministro de Salud, Víctor Zamora Mesía, reconoció hace una semana que en todas las regiones del mundo existe un subregistro de fallecidos por Covid-19, ¿significa que en La Libertad también hay muertos que no son contados?

EXTRAÑA OMISIÓN

Desde la llegada de la pandemia a la región, el número de fallecidos siempre ha estado en la mirada de todos. Frente a ello, las autoridades han insistido en que la tasa de letalidad no es alarmante como en otras regiones. Esto, sin embargo, no sería tan cierto.

De acuerdo al reporte oficial del Gobierno Regional de La Libertad, entre el 15 de marzo y el 7 de mayo de este año murieron 65 personas víctimas de Covid-19.

Pero, las autorizaciones sanitarias provisionales de cremación a las que tuvimos acceso para este informe, revelan cifras muy distintas y bastante altas.

Estas autorizaciones son documentos que emite la Gerencia Regional de Salud (Geresa). Su importancia reviste en que tienen anotado el número de cadáver de manera correlativa, independientemente de que haya sido cremado en cualquiera de los dos únicos hornos que tiene la región.

Al analizar estos registros reservados, lo primero que descubrimos es que solo están numerados hasta el 22 de abril de este año y que muchas de las causas de muerte están asociadas a la sintomatología Covid-19.

Desde el 23 de abril en adelante, el espacio donde obligatoriamente se debería anotar el número del cremado, está en blanco hasta el día de hoy. El motivo es un verdadero misterio, pero genera un sinfín de conjeturas.

CIFRAS PARALELAS

Con los documentos en mano, procedimos a comparar el reporte del Gobierno Regional y las autorizaciones sanitarias de cremación desde mediados de marzo hasta el 22 de abril de este año porque, como hemos indicado, solo hasta esta fecha existe numeración y posibilidad de cotejo.

Para esta fecha, el registró oficial indica 23 cremaciones. Sin embargo, las autorizaciones sanitarias anotan 67 cremaciones. Hay una diferencia de 44 cadáveres que no fueron contados.

Si el virus no causó estas 44 muertes más, ¿qué provocó este aumento exponencial en medio de la crisis desatada por el Covid-19? ¿O acaso solo fueron contabilizados los fallecidos confirmados y no los sospechosos que no pudieron someterse a una prueba de descarte pero que también fueron atendidos bajo los protocolos de emergencia?

Además, cotejamos ese mismo periodo de tiempo con la cifra de cremados en el 2019. El número fue igual de aterrador. El año pasado en ese lapso apenas hubo 14 cremaciones, es decir que frente a los 67 cremados, este 2020 hubo 53 más.

En cuanto a las cremaciones practicadas desde el 23 de abril hasta el 7 de mayo, la diferencia sigue siendo abismal de año a año. El 2019 hubo apenas 9 cremados, pero este 2020, de acuerdo a las cifras del propio Gobierno Regional, murieron 41 infectados, la mayoría de los cuales terminó en cenizas.

Como lo indicamos en el reportaje Sin el último adiós (https://investiga.pe/sin-el-ultimo-adios/), Trujillo tiene únicamente dos crematorios: El Remanso de Huanchaco y Los Ángeles del Parque Industrial, este segundo es el que ha atendido la mayor cantidad de fallecidos por Covid-19.

Ambos tienen capacidad para cremar 12 cuerpos (6 cada uno) por día. Pero, hace dos fines de semana, seis cadáveres Covid-19 quedaron apilados, a la espera de cremación. Esto se debió a la falta de capacidad para almacenar cuerpos pues Remanso tiene apenas una congeladora para dos fallecidos, mientras Los Ángeles carece de estos equipos.

Quizá a fin de evitar esto, es que ayer el regidor de la Municipalidad Provincial de Trujillo, Hernán Aquino, reveló en una entrevista radial que el Gobierno Regional, entidad de la cual también es asesor, evaluó y gestionó dos conservadoras de cadáveres grandes con capacidad para 60 cuerpos, una de las cuales ya está instalada en Remanso y otra se colocaría en el hospital de Alta Complejidad Virgen de la Puerta.

Esto, no obstante, contradice la polémica declaración de inicios de semana del gobernador regional Manuel Llempén quien dejó entrever que estábamos listos para levantar la cuarentena. Cualquiera podría preguntarse, ¿entonces por qué se gestionan dos conservadoras grandes de cadáveres? ¿Es solo precaución?

ENTIERROS CARÍSIMOS

En cuanto a los reportes de cremaciones en los que se basa este informe, son documentos reservados fundamentales para conocer las verdaderas cifras de víctimas que va dejando el virus hasta el momento. Esto se debe a la Directiva Sanitaria N° 087- 2020- Digesa/Minsa que desde el 22 de marzo ordenó como única opción válida la reducción a cenizas de los cadáveres infectados para evitar la diseminación de la enfermedad.

Es preciso indicar además que si bien esta directiva ha sido modificada tres veces y desde el 20 de abril es más flexible porque permite también la inhumación o entierro del cadáver afectado, agentes funerarios consultados para este informe indicaron que los deudos aún optan por la cremación. La razón tiene que ver básicamente con lo económico.

Explicaron que cuando una persona fallece por Covid-19, la cremación es subsidiada o cubierta completamente por el Seguro Integral de Salud (SIS) y el Gobierno Regional. Esto no sucede todavía al elegir el entierro debido a que aún no se destina la partida correspondiente para esta opción.

“La cremación está cubierta totalmente, pero el entierro como no tiene partida aún, debe ser pagada por los deudos. Solo se están aceptando entierros en Remanso (de Huanchaco) y Jardines de la Paz (Mampuesto). En Parque Eterno no está recibiendo muertos por Covid. El entierro en esos cementerios está a 4,800 soles en promedio y a eso hay que sumarle 1,500 soles de los gastos funerarios. O sea, si quieres enterrar a tu familiar, debes tener 6,300 soles en tu bolsillo, y ese dinero ahorita no hay pues, si ni trabajo hay. Por eso, desde el 20 (de abril) solo hubo cuatro entierros, después todos fueron cremados”, explicó uno de los administradores funerarios que pidió mantener su nombre en reserva.

¿EL SILENCIO DE LOS INOCENTES?

Ante el alto índice de cadáveres cremados revelado por las autorizaciones sanitarias provisionales y su incongruencia con los reportes oficiales del Gobierno Regional, solicitamos hablar con el propio gobernador Manuel Llempén y con el gerente regional de Salud, Constantino Vila, para que expliquen su metodología de conteo de fallecidos por el virus. Pero, pese a las coordinaciones, no atendieron nuestros llamados para entrevistas.

En el caso del gerente de la Geresa, si bien respondió a través de un escueto mensaje de texto, luego de identificarnos no volvió a escribir más y tampoco atendió nuestras múltiples llamadas telefónicas a pesar de haber gestionado con la oficina de imagen del Gobierno Regional una entrevista para horas de la tarde de ayer.

También nos comunicamos con la oficina de Epidemiología de la Geresa. Y, aunque contestó su jefa Ana María Burga Vega, antes de siquiera poder explicarle el motivo de nuestra llamada, se apresuró en decir que no sabía nada y que el único autorizado para responder de todo y a todos era el gobernador regional, Manuel Llempén.

El año pasado, según las autorizaciones sanitarias provisionales a las que tuvimos acceso, hubo en total 190 cremaciones. Hasta el 22 de abril de este año, es decir, en el cuarto mes del año y a 37 días de la llegada del virus a Trujillo, ya íbamos en la cremación número 128.



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