Gobierno de Boluarte reduce en 42% el área protegida de las Líneas de Nazca

En una cuestionada decisión, el Ministerio de Cultura ha anunciado la reducción del área protegida de las Líneas de Nazca de 5.600 a 3.200 kilómetros cuadrados. La medida, anunciada por el ministro Fabricio Valencia, asegura que no afecta el reconocimiento de la Unesco ni su zona de amortiguamiento. Sin embargo, esta decisión ha desatado preocupaciones por el futuro del patrimonio arqueológico.
Según Valencia, la delimitación anterior respondía a una estimación inicial del 2004. Con base en estudios recientes realizados durante dos décadas, se ajustó el área a 3.235,94 km². El objetivo, dijo, es reflejar con mayor precisión los geoglifos y sus características físicas. No obstante, sectores especializados alertan sobre los efectos colaterales de esta decisión técnica.
¿Se quiere beneficiar a la minería ilegal?
El Colegio de Arqueólogos del Perú ha cuestionado la decisión. Según su decano Pieter van Dalen, los estudios no abarcaron toda la zona por limitaciones presupuestales, dejando fuera áreas vulnerables. Además, advirtieron que la Dirección Desconcentrada de Cultura de Ica no garantiza una gestión eficaz y propusieron una unidad ejecutora exclusiva para proteger el sitio.
La reducción del área ha generado alarma por la presencia de minería ilegal. El ministro confirmó la existencia de yacimientos, aunque sin detalles sobre el tipo de minerales. Organizaciones culturales temen que esta medida siente un precedente perjudicial para otros sitios como Caral o Machu Picchu. Se evalúa presentar un recurso de nulidad contra la decisión.
Se crea un antecedente peligroso
Críticos como el sociólogo Santiago Alfaro sostienen que la reducción del área representa una renuncia tácita del Estado a proteger plenamente el patrimonio. Afirman que la reserva no solo amortigua actividades económicas sino que resguarda zonas aún no estudiadas. La atención se ha centrado en el ministro Valencia, cuya gestión ya ha sido motivo de polémicas anteriores.
La historia reciente recuerda incidentes como el hallazgo, en 2020, de campamentos mineros ilegales dentro de la reserva de Nazca. A pesar del valor histórico de estos geoglifos milenarios, autoridades como la arqueóloga Ruth Shady han denunciado amenazas en otros sitios. El reto ahora es garantizar que el legado cultural de Perú no se vea comprometido.