Cuando aún faltan algunos días para que terminen los dos primeros meses de estado de emergencia por la ola de criminalidad en Trujillo, el jefe del Departamento Contra la Criminalidad, coronel PNP Víctor Revoredo Farfán, sorprendió al anunciar que regresa a Lima por temas personales y profesionales.
«En lo que va del periodo de la evaluación (respecto de si sigue o no el estado de emergencia en Trujillo), yo tengo que ir a Lima por un tema de carácter personal y profesional. Pero, durante mi presencia creo que los resultados han sido positivos», manifestó el oficial al Diario Correo de La Libertad.
El 14 de febrero pasado, el gobierno decretó el estado de emergencia en Trujillo y Pataz por 60 días y se anunció que el coronel PNP Víctor Revoredo llegaba para hacer frente a la criminalidad y con un objetivo concreto: la desarticulación de la banda Los Pulpos y la captura de su líder Jhonsson Pulpo.
Sin embargo, ninguno de estos dos objetivos se han cumplido. La semana pasada, un fuerte contingente policial llegó hasta la guarida de Los Pulpos en El Porvenir. Fueron dos centenares de agentes fuertemente armados los que irrumpieron en las casas de los criminales, pero no hallaron a ninguno y solo se incautaron algunos cartuchos de dinamita además de la detención de dos mujeres.
Y, mientras se buscaba a Jhonsson Pulpo en Trujillo, el propio coronel Revoredo confirmó que Los Pulpos le habían puesto precio a su cabeza, a pesar de que ningún «pez gordo» fue atrapado y encarcelado durante su gestión.
Otra tarea pendiente es el de poner freno a las extorsiones que continúan, incluso 14 instituciones educativas de Trujillo han sido amenazadas y atacadas con explosivos.
Las autoridades deben entender que Trujillo y La Libertad necesitan un plan más prolongado para contener a la criminalidad que acecha en todas sus modalidades y que golpea a Trujillo desde hace tres décadas, no medidas de corto plazo.
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