El covid se llevó a tres cantantes y nueve músicos

Con el cierre de los restaurantes y los locales de diversión, algunos artistas tuvieron que buscar dinero en la calle donde los aguardaba el virus y la muerte.

25 de setiembre de 2020







Escenarios vacíos, reflectores que ya no lanzan sus luces multicolor, una pista de baile sin risas ni aplausos y alto parlantes desde donde hoy solo se escucha el eco del silencio. Eso es todo lo que queda del mundo del espectáculo.

Desde que el virus llegó, el canto popular agoniza. La pandemia avanza sin control apagando miles de vidas, silenciando también las voces y el talento de aquellos personajes que desde el restaurante más pequeño o desde el escenario más grande nos regalaban la alegría y la música que hoy tanta falta nos hace. Sí, hablamos de los artistas.

No es un secreto que muchos de ellos solo tienen como recurso para sobrevivir su capacidad vocal o su destreza para interpretar algún instrumento. Por crudo que parezca, las monedas que caían al día marcaban (y aún siguen marcando) la diferencia entre dormirse con el estómago lleno o vacío.

Así, el domingo 15 de marzo, cuando el gobierno decretó el confinamiento obligatorio de todos en sus casas, el cierre de los negocios y la suspensión de las actividades artísticas para evitar el contagio, la noticia les sonó a muchos como una inapelable sentencia de muerte.

Esto lo confirman amigos cercanos y los propios dueños de los locales que les ofrecían trabajo y que fueron consultados por Investiga. “Sin ayuda de nadie y sin dinero, la necesidad y el hambre empujó a muchos de ellos a la calle”, afirma entristecido Andrés Nieves, dueño del mítico restaurante “La Choza, el rincón del artista”, donde cada fin de semana los artistas actuaban, antes de la pandemia.

La calle, en efecto, era el único lugar donde los artistas podían buscar dinero para sobrevivir, pero también era el lugar donde los esperaba el virus y la muerte.

MÚSICA EN EL CIELO

En lo que va de esta emergencia y de acuerdo al recuento hecho por Investiga, el covid-19 ya cobró la vida de tres cantantes, nueve músicos y un conocido sonidista en la región.

En este lamentable listado está Marco Ortiz, el popular “Pony”, conocido trompetista de los más cotizados mariachis de la ciudad quien contrajo el virus realizando labores como policía, institución a la que se asimiló hace varios años y en la que también formaba parte de la banda de músicos.

Otro artista que partió fue Javier Díaz, “Gitano”, talentoso percusionista de las orquestas Dominó, Nueva Sensación, Charles Sosa, entre otras.

También murió Alfredo Aguirre, percusionista de las agrupaciones Los Imperiales y Mixterio, esta última de propiedad de su hermano Guillermo Aguirre.

Una baja más en el mundo del espectáculo fue Luis “Luchito” Rivera, popular cantante de baladas que vivía en el distrito El Porvenir y que también se desempeñaba como promotor de espectáculos.

William García también enrumbó a la eternidad. Fue un talentoso trombonista de la recordada orquesta Dominó y de muchas más.

La pandemia se llevó además a José Luis Juárez, el “Chino Mix”, popular sonidista quien se hizo muy conocido por trabajar con peñas criollas y prestar sus equipos para las más sonadas fiestas en los diversos locales de la ciudad.

Toño Carranza, el popular “Chicle”, pereció hace algunos meses. Era bajista de gran trayectoria y con paso por importantes orquestas y agrupaciones locales.

La muerte también sacudió el género criollo con la partida de Pedro “Chocherita” Farfán, apreciado cajonero de mucha trayectoria. Murió en Moyobamba donde difundía espectáculos.

La potente voz de Mario León Salazar es otra de las que se apagó. Era un cantante de destacado recorrido musical. En la década del 80 fundó el Trío Continental que ganó muchos premios. En los últimos años se desempeñó como intérprete de rancheras, en mariachis y como solista.

La famosa banda Santa Lucía de Moche también se enlutó con la muerte de Manuel Delgado Sachún, recordado por su destreza con la tuba.

Manuel Rubio Mendoza, “Charrito” fue otra de las víctimas del virus. Era un popular percusionista y aunque ya no ejercía como músico seguía ligado a la farándula.

Además, fallecieron Javier Alayo, conocido cantante de boleros del Barrio Chicago que se hizo popular por sus buenas interpretaciones de los temas de la Sonora Matancera y Julio Morales Marrese, uno de los grandes criollos de Pacasmayo, pero que era mochero de corazón.

El drama de los artistas, sin embargo, no acaba con esta lista fúnebre. Abandonados a su suerte, con varios años encima, sin asociaciones ni sólidas ni serias que las agremie o gestione alguna ayuda, muchos con enfermedades y sin posibilidad de ganarse la vida con el talento que Dios les dio, siguen en la lucha por sobrevivir, solos, ofreciendo shows a través de las plataformas digitales, aguardando el cariño de su público.

Hoy, más que nunca, nuestros artistas además de palmas para seguir cantando, esperan un poco de solidaridad que les permita seguir viviendo.

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