La baja ejecución presupuestal vuelve a convertirse en un serio problema para Ayacucho. A pocas semanas de culminar el 2025, los municipios provinciales de la región no lograron ejecutar S/151 millones, superando los montos devueltos en 2023 (112 millones) y 2024 (134 millones). La tendencia de retraso en la inversión pública ya se arrastra por tres años consecutivos, afectando directamente la ejecución de obras básicas y servicios esenciales para la población. Las diferencias entre provincias mostraron una brecha significativa. En el norte, Huanta destacó con un 84.5 % de avance, seguido por Huamanga (80.8 %) y La Mar (80.6 %). En el sur, Lucanas alcanzó un 75.1 %. Sin embargo, otras zonas de la región evidenciaron un desempeño crítico: Vilcas Huamán y Víctor Fajardo no superaron el 50% de gasto, repitiendo los bajos resultados de años anteriores. En general, los municipios del centro y sur tampoco lograron superar el 70 % de ejecución. El análisis del comportamiento de los 124 municipios provinciales y distritales muestra un panorama aún más preocupante. Huamanga fue la jurisdicción que más recursos dejó sin ejecutar en los últimos tres años: S/99 millones en 2023, 101 millones en 2024 y 124 millones en 2025. Dentro de esta provincia, los distritos de Quinua, Jesús Nazareno y Santiago de Pischa no alcanzaron ni el 50 % de ejecución. En la provincia de La Mar, la situación tampoco fue alentadora: sus quince municipios acumularon 76 millones sin ejecutar, prácticamente el mismo monto de los últimos tres años. No obstante, algunos distritos lograron resultados excepcionales, como Luis Carranza, que superó el 90% de gasto, junto a Soras (Sucre) y Carmen Salcedo (Lucanas), que también alcanzaron altos niveles de ejecución. Las provincias con mayor retraso fueron Víctor Fajardo y Páucar del Sara Sara. En Víctor Fajardo, 9 de los 12 municipios no llegaron al 50 % de gasto, acumulando 65.3 millones sin uso. En Páucar del Sara Sara, ninguno de los 10 municipios logró un desempeño favorable, dejando 33.5 millones sin ejecutar, recursos que no se transformaron en obras ni servicios fundamentales para la población. La persistente incapacidad de ejecución presupuestal en Ayacucho plantea cuestionamientos sobre la eficiencia de la gestión pública local, la falta de supervisión técnica y la escasa capacidad operativa de varios municipios, especialmente en zonas rurales.
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