Mediante una nota de prensa, la Nunciatura Apostólica en el Perú dio a conocer esta mañana la decisión del Papa Francisco de expulsar de la sociedad de vida apostólica Sodalitium Christianae Vitae (Sodalicio), a 10 de sus integrantes involucrados en las denuncias de abusos físicos y psicológicos contra sus integrantes. Entre ellos, a Miguel Salazar Steiger, prorrector para la Persona y la Cultura Universidad Católica San Pablo (UCSP).
Salazar es la máxima autoridad del Sodalicio en Arequipa y, como tal, quien tiene la voz cantante en la Universidad, pese a no ser legalmente su primera autoridad. Además de representar al Sodalicio en la Junta Directiva, también es representante legal de las diversas entidades que ha formado el SVC en Arequipa, desde donde se administra los bienes muebles y las empresas que ha fundado en más de tres décadas de actividad.
Razones de la expulsión
De acuerdo a lo informado por la Nunciatura, la decisión se tomó debido al «escándalo producido por el número y la gravedad de los abusos denunciados por las víctimas«. Como se sabe, tras una investigación periodística realizada por Pedro Salinas y Paola Ugaz, se destapó una infinidad de abusos cometidos contra los propios miembros del Sodalicio, la mayoría jóvenes reclutados a muy temprana edad, tras un «lavado de cabeza» que los hizo guardar silencio por mucho tiempo.
Aquí se imputa a los expulsados – a quienes se dio derecho de defensa- están involucrados en abusos físicos, incluso con sadismo y violencia; abusos de conciencia, destinados a quebrar su voluntad; abuso espiritual; abuso de cargo y autoridad; abuso en la administración de los bienes eclesiásticos; y abuso en ele ejercicio del apostolado del periodismo (esto por las publicaciones que, en lugar de ponerse del lado de las víctimas, las atacaron y acosaron de diversas formas desde los órganos de prensa del SVC).
Preguntado por El Búho, a través de un representante, los jerarcas del SVC respondieron que «el Sodalicio no ha recibido ninguna denuncia sobre el Sr. Miguel Salazar ni de abuso ni de encubrimiento. La investigación exhaustiva realizada por expertos internacionales concluida en febrero de 2017, tampoco encontró que fuese responsable de ningún acto de ese tipo».
Sin embargo, la misión especial enviada por Francisco I, que estuvo en el Perú entre julio y agosto de 2023, concluyó lo contrario. Integrada por el arzobispo de Malta, Mons. Charles Scicluna, y el sacerdote español Jordi Bertomeu, tuvieron la misión de investigar a fondo las denuncias contra el Sodalicio.
Y en ello se basa la expulsión de Salazar y otros 9 miembros del Sodalicio: Eduardo Antonio Regal VIlla, José Antonio Eguren Anselmi (ox Obispo de Piura), Rafael Alberto Ísmodes Cascón, Erwin Augusto Scheuch Pool, Humberto Carlos del Castillo Drago, Oscar Adolfo Tokumuro Tokomura, Daniel Alfonso Cardó Soria, Ricardo Adolfo Trenemann Young y el periodista Alejandro Bermudez Rosell.
Pedido de perdón por actos del Sodalicio
Ante estas conclusiones, el Papa Francisco reiteró el pedido de perdón a las víctimas y se une a su sufrimiento. Además, insta al Sodalicio a «iniciar un camino de reparación y justicia».
Al respecto, la Universidad Católica San Pablo, ha permanecido indiferente al proceso de investigación y sanción a los perpetradores de abusos en Arequipa. Como Miguel Salazar, continuaron ejerciendo cargos de importancia, incluso persiguiendo a sus cuestionadores, entre ellos, varios docentes de la UCSP. Pese al permanente discurso de apostar por el humanismo y principios morales de la vida cristiana, los abusos no han sido objeto de reflexión. Ni de rectificación. Tampoco de pedidos de perdón a las víctimas como lo ha hecho el Papa.
La Universidad está regida por una asamblea general donde el Sodalicio tiene un representante, hasta ahora, Miguel Salazar. Se ha dicho que cualquier situación relacionada al SCV no afecta ni compromete la autonomía y el funcionamiento de la universidad, ignorando la cuestión moral. Pero además, el imperio de la voluntad del Sodalicio, desde el nombramiento de autoridades, hasta el manejo cotidiano, no han sido autónomos.
Asimismo, mantiene una notoria falta de transparencia en cuanto a las finanzas producto de las pensiones más caras entre las universidades de la ciudad. Tampoco en los procesos de contratación de docentes y otros, siempre condicionados a la «lealtad» con el SVC.
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