
El Gobierno ha decidido poner fin al Programa Nacional de Alimentación Escolar Comunitaria Wasi Mikuna, luego de varios casos de intoxicación reportados en escolares de regiones como Piura, Ayacucho y Loreto. La medida fue oficializada mediante un Decreto Supremo que también declara en emergencia el servicio alimentario escolar a nivel nacional hasta el 31 de diciembre de 2025.
El programa, que tenía como objetivo garantizar la alimentación de millones de escolares, fue señalado por graves fallas en la cadena de almacenamiento y distribución de alimentos. Estas deficiencias provocaron problemas de salud en niños, quienes presentaron síntomas como vómitos, fiebre y dolores estomacales. Las autoridades sanitarias confirmaron un riesgo sanitario que exigía medidas urgentes de protección.
En respuesta, el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) asumirá la responsabilidad de rediseñar el servicio. Se crearán nuevas modalidades de entrega alimentaria, con estándares más altos de calidad, salubridad e inocuidad. El Midis también liderará la conformación de una Comisión de Transferencia encargada de gestionar los recursos y responsabilidades del extinto programa.
Durante el periodo de transición, el Estado busca mantener la atención alimentaria a 4.2 millones de escolares. Entre las soluciones inmediatas se encuentra la subvención económica directa a familias, modalidad que ya se aplica en Piura, Ayacucho y Cusco como parte de un plan piloto que alcanza a más de 13 mil estudiantes. Esta estrategia busca brindar mayor eficiencia y control en el uso de los recursos.
Esta crisis ha puesto en evidencia la necesidad de una reforma estructural del sistema de alimentación escolar. El Ejecutivo promete una vigilancia más estricta y la participación activa de padres de familia en el nuevo modelo. La salud de los estudiantes debe ser un pilar en la política social, y el fin del programa Wasi Mikuna representa un punto de inflexión hacia ese compromiso.