César Acuña, quien hoy exige respeto y querelló al periodista Christopher Acosta, autor de libro Plata como cancha, por difamación, se olvida que siendo alcalde de Trujillo llenó de todo tipo de adjetivos y calificativos difamatorios a los periodistas, solo porque cuestionaron su gestión. A un reportero le dijo “delincuente” delante de cámaras, mientras que a reporteros del Diario La Primera advirtió que se quedarían sin trabajo.
REDACCIÓN INVESTIGA
15 de enero de 2022
La cuestionada sentencia contra el periodista Christopher Acosta por el libro Plata como cancha, sumado a los argumentos de defensa del querellante César Acuña Peralta, quien en resumen justifica su proceder porque tenía que defender su honor de lo que califica como mentiras, no ha hecho más que avivar en Trujillo los recuerdos de una época no muy lejana de cuando el que espetaba insultos como cancha, que fácilmente encuadraban como difamaciones, era precisamente el líder de Alianza para el Progreso.
Corría el 2009. César Acuña cumplía el tercer año de su primer mandato como alcalde provincial de Trujillo tras ganarle al Partido Aprista Peruano, cuando se enfrascó en una andanada de ofensas de grueso calibre contra los hombres de prensa y los medios que osaban cuestionar su gestión, como el subdecano de la prensa nacional, el Diario La Industria de Trujillo, al que llamó “pasquín”.
RECUENTO DE INJURIAS
El 5 de marzo de aquel año, de acuerdo al reporte del Diario La Primera, durante las celebraciones de la Semana Jubilar de Trujillo, Acuña no soportó que los periodistas le pregunten por la pifia que recibió durante el concierto de la orquesta de moda Hermanos Yaipén, en plena plaza de armas, y respondió: “Las 50 mil personas han aplaudido a rabiar a César Acuña y por tanto esa es la respuesta a tantos miserables que todavía no aceptan que Trujillo está cambiando. A tantos miserables que no ven el gran cambio de Trujillo, y a tantos medios de comunicación que creen que haciendo esas preguntas yo voy a reaccionar”.
El 19 de junio de ese mismo año, César Acuña volvió a la carga durante la ceremonia de inauguración de una obra de asfaltado en el Territorio Vecinal N° 53. “No me interesa lo que escriban, no me interesa lo que digan. Además, yo sé de dónde viene. Primero, periodistas mal formados, periodistas que no tienen autoridad para escribir (…) Periodistas que ganan un sueldo porque le pagan su propina. Como no tienen qué comer… los ponen de periodistas: vendidos y comprados (…) Espero que mañana la primera plana diga: el alcalde dijo que somos vendidos, comprados y comechados (…) A mi no me interesa lo que digan los medios, no me interesa lo que digan los seudoperiodistas”.
Sin embargo, una de los episodios más recordados se dio el 15 de julio. La escena, con Acuña en acción, quedó registrada en video. En aquella ocasión, el líder de APP llamó “sinvergüenza” y “delincuente” al periodista Miguel Álvarez Carrasco de Sol Televisión solo porque este le preguntó por la pobre convocatoria que tuvo la marcha de alcaldes del país en Lima, que el mismo Acuña citó en su calidad de presidente del AMPE.
El 15 de julio del 2009, César Acuña llamó “sinvergüenza” y “delincuente” al reportero de Sol Televisión, en plena plaza de armas de Trujillo, mientras caminaba al palacio municipal.
El hecho se dio en la misma plaza de armas, mientras el entonces alcalde de la ciudad se dirigía al palacio municipal. Increíblemente, las imágenes muestran que uno de los presentes era el exdecano del Colegio de Periodistas de La Libertad, Manuel Rodríguez Romero, quien estaba entre los que acompañaban a Acuña y que, a pesar de presenciar la escena, no hizo nada por defender a su joven colega.
Si bien el periodista Miguel Álvarez fácilmente pudo denunciar a César Acuña, desistió. En tanto, el exalcalde continuó derramando lisura y regalando insultos a los periodistas que le parecían incómodos, sin que nada ni nadie pudiera contenerlo.
AMENAZAS CONTRA EL DIARIO LA PRIMERA
En octubre del 2009, César Acuña volvió a demostrar que verbaliza mejor cuando se trata de insultar a los periodistas que cuando habla de política. Esta vez, afiló su artillería difamatoria contra los periodistas del diario La Primera, edición de La Libertad. “Son sus periodistas que, por diez soles, o veinte soles o un cebiche, se venden. No tengo miedo en decir la verdad. Más bien el que me escucha o me está escuchando hoy no duerme, salvo que no tenga conciencia”.
Previamente, manifestó más insultos y hasta deslizó la posibilidad de que los periodistas que no aplaudían su gestión puedan quedarse sin trabajo. “Hay medios que no informan, hay medios que desinforman (…) Los irresponsables son los periodistas mal formados a los que debemos mandar de nuevo a la escuela; sin moral. De repente hasta vendidos, “comechados” por propinas. Qué pena a pesar que sean jóvenes, que vendan sus conciencias y no saben que ahora van a estar en La Primera y de repende nunca más estarán en La Primera (…) De repente ya no están y estarán ahí suplicando a quien da trabajo. De repente sus familias futuras no tendrán qué comer”, sentenció como amenaza.
En su segundo periodo consecutivo, César Acuña siguió insultando. Esta vez llamó “idiota” y “caradura” al hombre de prensa que informó de un presunto romance con una de sus funcionarias más conocidas.
ANIMUS DIFAMANDI
Si el ánimo de querellar al periodista Christopher Acosta era defenderse de las difamaciones y de quienes afirmaban, según el líder de APP, cosas de él sin ninguna base (que no es el caso del libro Plata como cancha pues cita declaraciones debidamente sustentadas), ¿cuántas querellas pueden haber recaído contra César Acuña por esta andanada de injurias de cuando era alcalde de Trujillo?
Como dice Acosta en su libro: “Si César Acuña no fuera rico, estaría, muy probablemente, preso”, o al menos con un costal de sentencias sobre sus espaldas por estas expresiones difamatorias.
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