William Trickett Smith II contrató a abogado de Abencia Meza y Jaime Yoshiyama. Fue sentenciado a 31 años de prisión por acabar con la vida de Jana Claudia Gómez Menéndez cuyo cadáver metió en su maleta y arrojó al mar cuatro meses después de casarse en el Salón Consistorial de la Municipalidad Provincial de Trujillo.
RED DE MEDIOS REGIONALES DEL PERÚ
En agosto del 2007, Trujillo se estremeció con uno de los crímenes más espeluznantes que se hayan reportado.
Jana Patricia Gómez Menéndez, una agraciada trujillana de 21 años, estudiante de Administración en la UPAO, fue hallada muerta dentro de una maleta que flotaba en el mar de Chorrillos, en Lima, tras un mes de la desesperada búsqueda que emprendieron sus padres desde su vivienda en Buenos Aires, del distrito de Víctor Larco, en la Capital de la Primavera.
EL MISTERIO DE LA MARIPOSA
El cadáver había estado sumergido en las aguas durante todo ese tiempo y solo fue posible identificarla por un detalle: el tatuaje de mariposa en la nuca.
El protocolo de autopsia determinó hasta seis causas de su muerte, pero todas ellas estaban vinculadas a la asfixia mecánica por estrangulamiento.
Tras las investigaciones y la aceptación de su culpa en el juicio, se determinó que el asesino fue nada menos que su propio esposo, el ciudadano norteamericano William Trickett Smith II, de 26 años, con quien la trujillana se había casado apenas cinco meses antes en el Salón Consistorial de la Municipalidad Provincial de Trujillo.
Por este caso, el estadounidense fue condenado a 31 años de prisión. Pero, hoy, a pocos días de cumplirse 15 años de este sonado crimen, Trickett Smith II, bautizado mediáticamente como “el asesino de la maleta”, y quien es hijo de dos influyentes abogados, busca salir libre.
Para ello, ha contratado los servicios del conocido abogado Humberto Abanto, quien defendió a la cantante folklórica Abencia Meza por el crimen de Alicia Delgado y también al político Jaime Yoshiyama por el caso cócteles que vincula a Keiko Fujimori.
Para conseguir salir del penal Castro Castro, en la capital, donde purga condena, el asesino de la maleta esgrime un nuevo argumento: dice que nunca mató a la estudiante de la UPAO y que en el juicio aceptó ser el asesino porque estaba mal asesorado por su abogado y porque no entendía el castellano.
HABLA EL ASESINO DE LA MALETA
En julio del 2007, Jana Claudia salió de Trujillo para dirigirse a Lima. Se iba a reunir con su esposo William Tricket Smith quien había llegado de EE. UU., pues ambos iban a viajar al Cusco para celebrar sus cuatro meses de matrimonio.
Sin embargo, cuando estaban en un hotel en Lince, el llamado “asesino de la maleta” asegura que recibió una llamada y allí empezó a escribirse esta macabra historia que aún hoy es espeluznante.<*p>
“Estaba planificando ir a un viaje al Cusco y en la mañana temprano recibí una comunicación y tuve que regresar (a Estados Unidos) por un trámite legal, por un asunto de mi hijo. Cuando ella (Jana Claudia) escuchó eso se puso furiosa y no quiso que vaya, sino que me quedara y me estaba agarrando cuando yo estaba saliendo a la puerta. Puse mis manos entre sus brazos y mi cuerpo y la empujé para salir y salí y cerró la puerta y me fui imaginando que me iba a seguir y me fui para hacer mi “check inn” y luego cuando yo he regresado la he encontrado tendida. Estaba boca abajo y cuando la fui a verla no lo podía creer. Yo creía que iba a despertar en cualquier momento y nada, me quedé en shock, ya no respiraba, no tenía pulso”, relata el propio “asesino de la maleta” en la primera vez que habla con un medio de comunicación, tras su captura hace más de una década y media.
Trickect Smith dice que no supo qué hacer y que en lugar de llamar a las autoridades metió el cadáver de la trujillana, su esposa, en su maleta. Se dirigió al mar de Chorrillos, contrató un bote, y lo arrojó en medio del mar. “No supe qué hacer, justo una noche antes tomamos un paseo allí (en el mar de Chorrillos), ella estaba feliz cuando estábamos allí”, indica sin ningún remordimiento intentando una respuesta cuando le preguntan porqué arrojó el cadáver en ese lugar.
UNA MENTE RETORCIDA
Sin embargo, el “asesino de la maleta” nunca confesó la muerte de su esposa y se fue a EE. UU. Luego, en un acto propio de una mente retorcida, regresó a Trujillo, a la casa de los padres de Jana Claudia, quienes la buscaban incansablemente aferrados a la esperanza de que estaba con vida. Trickett, quien sabía que la estudiante de la UPAO yacía muerta en el fondo del mar, les dijo que ayudaría a buscarla y hasta durmió en la casa de sus suegros que ni imaginaban que le estaban dando posada al mismo asesino de su hija.
El misterio de Jana Claudia jamás se hubiera descubierto, pero un hecho precipitó la aparición de su cadáver. El 15 de agosto del 2007, Pisco sufrió un devastador terremoto y al día siguiente, la maleta con el cadáver de la trujillana apareció flotando. Unos pescadores la rescataron y al abrirla quedaron horrorizados: dentro había el cadáver de una joven que posteriormente se determinó era de la trujillana.
William Trickett fue detenido en Estados Unidos pues tenía un proceso por drogas y luego lo trajeron a Perú donde lo condenaron a 31 años de prisión por la muerte de su esposa. Hoy, asegura que es inocente y hasta desliza la posibilidad de que Jana Claudia haya muerto por causas naturales. “Ella (Jana Claudia) tenía una hermana y ella murió en su casa por causas naturales, yo pienso que pudo haberle pasado lo mismo. Yo no la he matado, pienso que esto es un castigo de Dios”, dice el condenado en una historia difícil de creer y que hoy, 15 años después, vuelve abrir una herida que todavía duele y que jamás cerrará para los padres de Jana Claudia Gómez Menéndez y para todos los que alguna vez la conocieron.