El investigador: El tiempo que nos sobra

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Renato Sandoval González

rsandoval@investiga.pe

De qué nos hemos dado cuenta en estos días de confinamiento, me pregunto a diario antes de ir al canal de televisión. Pues, en realidad, de muchas cosas importantes, como también frívolas. Pero, seamos francos, he visto que los días son más extensos que los discursos castristas o alanistas, como si tuvieran 48 o 72 horas.

Antes reclamábamos tiempo para nosotros, renegábamos porque el trabajo se lleva casi todo de nosotros y nos dejaba apenas unos suspiros de minutos para nuestros familiares y amigos. La vida volaba, las horas corrían como Usain Bolt; ahora parece flotar cual pluma que se hamaquea con el viento.

¿Y ahora que tenemos tiempo qué hacemos con este? Como la mayoría, hemos aprendido que atender las tareas de la casa no son fáciles, nunca fueron fáciles. Un día puede ser, tal vez; una semana, quizás; pero más de un mes de cuarentena se ha convertido en una prueba extrema de sobrevivencia.

Sí, la primera semana era conversación, de intercambio de historias, del ludo y monopolio, de cartas. Todo bien. Los siguientes días fueron viajes mentales a paraísos inexistentes. ¿Cuántas veces se ensucia una casa, ah? ¡Todos los días! Absolutamente todos los días. Hay chamba para las escobas y los trapeadores. Fatal.

¿Cursos virtuales? What do you say, man? Para quienes estamos en una intensiva y presencial etapa de aprendizaje como padres, las cosas más sencillas lindan con los problemas más bravos del cubano Aurelio Baldor. No solo es zarandear la casa a punta de trapos, ahora se debe educar a quienes no tienen ni idea de lo que es esa palabra: los niños.

Nadie nos contó que la crisis sanitaria iba más allá de las mascarillas, el lavado de manos y el alcohol en gel. Nos dijeron las verdades a medias. El otro enemigo es la salud mental. La situación de emergencia puede llevarnos a un estrés que no sabemos detectar. ¿Estrés por no trabajar? Sí, comadre. ¡Habrase visto!

Entonces, mis preguntas son: ¿Queríamos más tiempo en casa? ¿Queremos más tiempo para nosotros? ¿Queremos más tiempo de calidad? Sin duda, las dos fuerzas mentales, entre la realización personal y la familiar, deben ser el punto de equilibrio de una persona. Sin ambas, uno parece aburrirse de uno mismo.

“Curioso elemento el tiempo”, como diría Jarabe de Palo. Escuchen: 

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