
“Díganle a Perú que pronto va a tener noticias mías”. Con esa frase, el papa León XIV se dirigió este lunes al país donde vivió por dos décadas. El pontífice recibió en audiencia a periodistas del Vaticano, entre ellos la peruana Paola Ugaz, reconocida por denunciar abusos dentro del Sodalicio de Vida Cristiana.
Durante el encuentro, Ugaz obsequió al Papa una chalina de alpaca hecha por mujeres campesinas peruanas, símbolo de resistencia cultural y feminismo popular. También entregó chocolates artesanales. León XIV, sin protocolo, se puso la chalina al instante. El gesto no fue solo simbólico: también respaldó el trabajo periodístico frente a los intentos de criminalizar la investigación.
Ugaz recordó que León XIV fue una figura clave para que el papa Francisco decidiera investigar y finalmente suprimir el Sodalicio, organización vinculada a abusos físicos, sexuales y de poder. Ahora, como pontífice, reafirma su postura crítica frente a las estructuras eclesiales que encubren delitos. Su elección representa una grieta institucional que puede beneficiar a las víctimas.
La periodista, perseguida judicialmente desde 2018 por denunciar a la red delictiva liderada por Luis Fernando Figari, recibió con esperanza las palabras del nuevo papa. “Nos han vapuleado durante años”, afirmó. Sin embargo, la presencia de un pontífice que reconoce el valor del periodismo incómodo devuelve algo que escasea en Perú: respaldo moral internacional.
En su discurso ante la prensa, León XIV pidió liberar a periodistas encarcelados y proteger la libertad de información. El gesto marca distancia con sectores conservadores que buscan silenciar investigaciones. El mensaje parece dirigido también a gobiernos latinoamericanos que persiguen a la prensa.