El Niño afectará directamente a 4 millones 800 mil peruanos de zonas vulnerables y rurales del sur

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El pasado 9 de junio la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA) confirmó en un informe que había una probabilidad del 56 % de que el Niño global tendría un impacto fuerte en el mundo. El fenómeno de El Niño ya estaba en el Perú, desde febrero y se espera su mayor intensidad entre diciembre de este año y marzo del 2024.

Entre sus efectos principales en la costa están las altas temperaturas, la alta humedad relativa, las precipitaciones intensas, las inundaciones, y la afectación directa a la agricultura incluso con pérdida total de algunos cultivos. Mientras en la sierra sur y centro del país, el efecto es opuesto, con bajas o nulas precipitaciones, sequía, incendios forestales, muerte de animales, aumento de los costos agrícolas, escasez de alimentos en las grandes ciudades y limitaciones en el trabajo por riesgos.

La Red de Medios Regionales del Perú entrevistó a José Ñiquen Sánchez, meteorólogo del Senamhi en la región centro; a César Paniagua Chacón, gerente de Operaciones de Seda Cusco, y a Ronal Fernández Bravo, de la Autoridad Administrativa del Agua (AAA) Caplina Ocoña de Arequipa para tratar el tema del estrés hídrico, la sequía, su impacto, tareas de prevención y las medidas que ya se han tomado frente a estos fenómenos naturales.

Poca lluvia y temperaturas máximas elevadas

José Ñiquen Sánchez, meteorólogo del Senamhi, dijo respecto a las precipitaciones pluviales para el trimestre agosto, septiembre y octubre que tendrá un comportamiento muy por debajo de sus promedios. Luego, la campaña chica aún no tendría un panorama próspero, según los cálculos para estos tres meses. Las precipitaciones van a ser deficitarias y las temperaturas máximas elevadas.

Este escenario ocurrió el año pasado. Las lluvias fueron tardías: llegaron en noviembre. En diciembre descendieron un poco y luego, en enero, se activaron. Ñiquén sostiene que las altas temperaturas, pocas precipitaciones y poca cobertura nubosa crean un caldo de cultivo para los incendios forestales y ya hay varios reportes en Huancavelica y Áncash.

La gente comienza a desesperarse y hacen quemas para llamar a las lluvias que son propicias para que los incendios forestales se den y se van a seguir presentando, advierte Ñiquen.

“La mano del hombre hace que haya un retroceso glacial y perjudica a la flora y fauna y a toda la zona centro del Perú. Se alteran todos los sistemas cuando hay cambio de uso de suelo en este caso, deforestación, quemas indiscriminadas. Se alteran los patrones de circulación a gran escala y a micro escala”, señaló el meteorólogo del Senamhi.

Picos de 30 grados en la región andina y a 39.2 en la amazónica

Esta semana hubo una mejora en las temperaturas mínimas porque ingresó humedad desde la selva y debido a un friaje que acarrea toda la humedad hacia la zona central y parte de la sierra. Por ello, el fin de semana pasado hubo eventos de lluvias y descargas eléctricas, granizo en algunas zonas y nieve. Luego, la temperatura descendió considerablemente a -7 y -8 grados en Junín, -5 en Pasco y en las alturas de Huancavelica se ha llegado a -3 grados.

Sin embargo, al mediodía la temperatura máxima se elevó tanto en la región andina como amazónica. En el Valle del Mantaro hubo picos de 25 grados, incluida la ciudad de Huancayo y un poquito más al sur, en Huancavelica se llegó a picos de 23 y 24 y en Ayacucho a picos de 30 grados en la parte de la región andina.

En la región amazónica, Puerto Ocopa ha registrado 38.4 grados. Eso está en el nivel rojo y hace unos pocos días, la misma estación registró 39.2 considerada como extremadamente alta. Debido al fenómeno de El Niño, los más de cien días cálidos consecutivos en el norte ha traído algunas plagas. Las perspectivas del Senamhi para los tres siguientes meses es de déficit hídrico.

«Venimos de un Niño que nos trajo grandes consecuencias, pero también enseñanzas que no terminamos de aprender. Hay que tomar medidas de largo aliento, bien estudiadas, que favorezcan a las grandes mayorías. Hay gente que espera (el desastre) y ahí hacen las obras de reconstrucción y ahí está su ganancia».

La sequía en el Cusco es un hecho real

Por su parte, César Paniagua Chacón, gerente de Operaciones de Seda Cusco, Entidad Municipal Prestadora de Servicios de Saneamiento del Cusco, afirma frente al fenómeno de El NIño que «la sequía en el Cusco es un hecho real». Puntualiza que en Cusco una fuente de agua importante es el sistema de la Laguna de Piuray. Su descenso por día es de medio centímetro. En un área de 600 hectáreas, equivale a un descenso de 30,000 m³.

“Ante esta alerta que anunció el presidente del directorio, se ha reducido la dotación y se ha trasvasado las aguas de un acuífero potente que es el sistema Vilcanota al acuífero Tulipampa. Con estas acciones tenemos controlada la dotación de agua en el Cusco”, afirma César Paniagua.

Al haber trasvasado -dice Paniagua- “tenemos un comportamiento inclusive de mejora en horas de dotación de agua a la población”, controlando presiones y aprovechando básicamente las horas de consumo de la población. Se viene realizando también actividades de manejo de retribución de servicios ecosistémicos. Esto porque la organización mundial meteorológica ha confirmado que el fenómeno se va a prolongar hasta el año 2024.

Tres millones de peruanos sin acceso al agua potable

En Perú, 3 millones de personas no tienen acceso al agua potable y 7.5 millones no tienen acceso a alcantarillado. En el caso del Cusco, en las zonas donde no existen redes aún se dota agua con camionetas cisternas. También se instala tanques de 20 metros cúbicos con sistemas de bombeo pequeños o menores, en coordinación con los directivos pues esa agua tienen un costo.

Paniagua advierte que la solución pasa por el cierre de brechas en materia de agua potable en zonas rurales y periurbanas por parte del gobierno.

“Este modelo se ha practicado en muchos otros países. En Latinoamérica, en Chile, en un desierto, el más árido del mundo, hay pozos de 80 metros y 300 metros de profundidad y líneas de conducción de 300 kilómetros. El 99% de chilenos tiene agua potable, y ese déficit que no pueden pagar los chilenos lo cubre el Estado”, sostiene Paniagua.

Añade que el servicio de agua potable es tan inclusivo y básico que debería ser una política de Estado, pero de inclusión universal. En el Cusco -asegura- tienen el mejor modelo nacional con los mecanismos de retribución de servicios ecosistémicos.

«Cada año con la microcuenca Piuray y otras fuentes realizamos una cosecha de agua a través de zanjas de infiltración y eso tiene un presupuesto que se recauda de los mecanismos de servicios ecosistémicos. Lo venimos realizando con éxito tanto así que en esa época de sequía controlamos la dotación a la población», señala.

Niveles socioeconómicas D y E son los más vulnerables

Ronal Fernández Bravo, de la Autoridad Administrativa del Agua Caplina Ocoña de Arequipa, dijo que sabemos que el fenómeno va a impactar, pero no el grado. No se sabe si va a ser un estrés hídrico o será una sequía extrema como cuando se tuvo que racionar el agua y la luz porque no había un sistema interconectado.

Explica que hay hasta tres formas de evaluar la sequía. Una es la meteorológica cuyo indicador es la disminución de las precipitaciones. La sequía agrometereológica que es la disminución de los caudales en ríos y una sequía socioeconómica, que es la que afecta a todos, es el impacto de la sequía en toda la sociedad en su conjunto.

«En el sur tenemos una población que probablemente pueda ser afectada de casi 3 millones y medio que es la población urbana y casi de un millón trescientos mil que es la población rural», indica Fernández.

Agrega que hay algunas regiones con infraestructura de regulación, como el caso de Arequipa, que tiene 7 represas y 410 millones de agua que se puede regular y otros que no tienen, como las zonas altoandinas de Arequipa, Castilla Alta, Chuquibamba, Condesuyos, los valles de La Unión.

La vulnerabilidad de la población, sobre todo son de los niveles socioecónomicos D y E, asegura. Constituye el 67 % de la población del sur que tiene que ser atendida. En general, la zona sur tiene casi 350 mil hectáreas bajo riego y hay 728 mil a secano. Al respecto señala que los de riego pueden enfrentar mucho mejor el fenómeno, pero los de secano van a fracasar. Eso significa impactos en la alimentación y en los pastos.

«Nosotros tenemos en general en el sur, un área de 7 millones y medio de pastos naturales que han sido afectados en el periodo anterior porque tuvimos veranillos largos, lo que afectó los pastos y las pariciones. Va a haber un impacto en la agricultura familiar que abastece el 80% de los alimentos que consumimos en las ciudades. La agricultura familiar representa en Arequipa el 92 %, Moquegua 98 %, Puno 99 %, Tacna el 93 %».

El agua es un derecho humano y el consumo humano debe ser prioridad

Si tuviéramos un fenómeno de El Niño como en el año 1983, porque hemos tenido en 1977, 2005, 1995 con diversos niveles de El Niño, la población es prioritaria para el consumo del agua porque constitucionalmente, el agua es un derecho humano y así está en la Constitución, advierte Fernández.

Dice que para asegurar el consumo humano se ha realizado acciones en el caso de Arequipa y Tacna. Y tienen que ver con la disminución de la descarga de las represas este año. Se ha disminuido las descargas de la represa con el fin de almacenar más agua para el próximo periodo. En Arequipa se ha disminuido el 5 % a todos los sectores. A la minería, generación de energía, agricultores, por acuerdo con todos los usuarios. Y en El Pedregal, que es la irrigación Majes, se ha disminuido el 10 %.

Vea el programa completo aquí:

Lee la nota original aquí o visita El Búho, integrante de la Red de Medios Regionales del Perú.

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