-Hasta ofrecían separar espacios cerca de la puerta vía telefónica y desde la noche anterior
24 de mayo de 2021
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Con la llegada de las vacunas arribó la esperanza para los adultos mayores frente al covid-19, pero también ha significado un negocio para avivatos que sacan provecho y no pocas monedas a esta población vulnerable a costa de la ansiedad y la desesperación por inmunizarse.
El fin de semana Investiga llegó a la Gran Unidad Escolar “José Faustino Sánchez Carrión” hasta donde se apersonaban los adultos mayores de 63 años para recibir la dosis de la vacuna de Pfizer, programada por el Ministerio de Salud y la Gerencia Regional de Salud.
La demanda por ser atendido era tal que la cola superaba las tres cuadras de extensión.
Durante la espera, un hombre de contextura delgada y de cabello corto recorría la fila y se acercaba a los más ancianos para ofrecerles espacios cerca de la puerta de ingreso al colegio. Todo a cambio de 50 soles en efectivo.
Tal era la viveza del comerciante de colas que les indicaba a los ancianos que si querían podían separar el espacio para algún familiar que fuera a llegar a inmunizarse al día siguiente. “Te doy mi teléfono, me llamas en la noche, a lo seguro tiene que ser y tempranito te vacunas”, ofrecía a vista y paciencia de todos.
Pero, la agilidad del negociante no quedaba allí. Además de ofrecer banquitos de plástico a dos soles para que los adultos mayores no estén todo el rato de pie, sino que descansen mientras la cola avanzaba, prácticamente recorría la fila engañando a medio mundo.
“Todos tranquilos, el personal de salud está almorzando, se van a tomar de 30 a 40 minutos, así que hay que esperar, si gustan pueden sentarse, a dos soles la banquita”, repetía. O volvía a la carga en un nuevo recorrido, que eran permanentes y a cada momento, para engañar a los adultos mayores con que se habían acabado las dosis y que se habían ido a traer más por lo que la espera iba a ser más prolongada y mejor les valía alquilarle una banca.
Todo esto sucedía mientras el personal policial custodiaba el orden y la puerta de acceso donde también había agentes de la Fuerzas Armadas.
¿Dónde están la Defensoría del Pueblo y la Fiscalía?