El alcalde de Trujillo, Arturo Fernández Bazán, desató un nuevo escándalo, esta vez al interior de la Prefectura a donde llegó tarde para una audiencia en su contra. Todo sucedió la mañana del jueves. Mientras esperaba sentado, exigió participar en compañía de su abogado, vociferó contra todo y contra todos, victimizándose y lanzando calificativos despectivos, incluso contra dos trabajadores que no soportaron, sus groserías e insultos y le increparon cara a cara que se retracte.
REDACCIÓN INVESTIGA
El bochornoso incidente ocurrió luego que el alcalde Arturo Fernández llegó 15 minutos tarde a la sede de la Prefectura de La Libertad para una audiencia por el caso de un ciudadano que solicitaba garantías personales por sentirse amenazado por el burgomaestre.
Es así que, uno de los acompañantes del alcalde Fernández empezó a grabar todo lo que sucedía a partir de allí y a transmitirlo en vivo y en directo por la «fanpage» de la Municipalidad Provincial de Trujillo que, pese a ser un canal oficial, desde hace algunas semanas sirve para difundir todo aquello que se le antoja, incluso para despedir funcionarios.
“¡PAYASO TÚ!”
En medio de las exigencias de que le permitan participar a pesar de su tardanza, uno de los trabajadores de la Prefectura se le acercó para explicarle las normas e indicare que eso no era posible. Sin embargo, el alcalde Fernández no quiso entender razones. El trabajador se dio media vuelta y cuando se retiraba, el alcalde lo llamó “gracioso” con tono despectivo.
Es entonces que el trabajador regresó. “A mi no me vas a faltar el respeto acá. Respetos guardan respetos. Yo no soy gracioso”, le dijo a la autoridad. Para exigirle luego: “No me faltes el respeto”, frase que repitió con tono severo hasta cinco veces, luego de lo cual le manifestó a Fernández: “gracioso no, payaso tú entonces, y no me faltes el respeto”. De inmediato, el trabajador pidió que llamen a un policía para que desalojen a la autoridad de la sede.
El alcalde Fernández solo atinó a decir: “Vengo de buen humor, para que nos quieran sacar”, mientras exigía de manera prepotente que le entreguen un documento que acredite que sí se hizo presente.
“¡YO SÍ TRABAJO!”
A los pocos minutos, otro trabajador de la Prefectura ingresó a la sala y tapó con su mano la cámara del asistente de Fernández, mientras le pedía que no grabe, exhortación que le hicieron al alcalde otros funcionarios desde un principio.
En ese momento, el alcalde Fernández señaló a este trabajador de ser uno de los excolaboradores del exalcalde provincial José Ruíz, luego de lo cual empezó a llamarlo “apepista” con tono despectivo. “Señor funcionario público, apepista, venga para acá”, le gritó una y otra vez el burgomaestre al joven trabajador que estaba en otra oficina.
En ese momento, el trabajador ingresó al ambiente donde estaba sentando el alcalde Fernández, se dirigió directamente hacia él y se le paró enfrente. El burgomaestre solo atinó a levantar la pierna en un desesperado intento de protegerse en caso surja una agresión.
“¿Cuál es tu problema? Te estoy tocando. Yo sí trabajo”, le respondió el trabajador al alcalde quien no dejaba de gritarle “sal de acá”. Ya solo en la sala, el alcalde Fernández solo atinó a decir: «Este es país de locos», para acusar que la actitud de los trabajadores estuvo fuera de toda razón.
A la llegada de la prefecta Carolina Velazco Nalvarte, el alcalde de inmediato advirtió que iba a solicitar garantías contra este último trabajador.
“Ese señor se me acercó de una manera amedrentadora, todo está filmado. De igual manera, un señor, que no sé si será el administrador, nos ha pedido que nos retiremos. Yo le he dicho: me retiro, pero me da un documento”, acusó el alcalde Fernández.
La prefecta solo atinó a preguntarle a la autoridad: “Previo a eso, ¿usted qué ha hecho, alcalde? Cuénteme. ¿Les ha faltado el respeto a los trabajadores?”.
El alcalde respondió: “no”.
UN ROSARIO DE ESCÁNDALOS
No es la primera vez que el alcalde de Trujillo se ve envuelto en un escándalo. Algunas de sus agresiones verbales han terminado judicializadas. Una de ellas está en apelación en segunda instancia y se resolverá la próxima semana, el 14 de junio, y cuya sentencia de ser ratificada podría significarle que deje el cargo. La denunciante es una oficial de la policía a quien el alcalde se refirió en términos insultantes en una transmisión en vivo.
Asimismo, el regidor provincial Jorge Vásquez insiste en solicitar su suspensión por 90 días debido a que el alcalde Fernández lo insultó, a él y a su esposa, en plena sesión de Concejo Municipal que era transmitida a toda la provincia.
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